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Foto del escritorJuan David Rodríguez Salgado

¿Por qué sigue existiendo el rascismo?

El pasado 25 de mayo, agentes de la Policía de Minneapolis, acudieron a la esquina de East 38th Street, Avenida Chicago, a detener a George Floyd, un hombre de raza de color, por supuestamente haber comprado cigarros con un billete falso.

No obstante, la policía al arribar al lugar hizo uso de la fuerza de forma excesiva, provocando la muerte por asfixia de George Floyd.

Este hecho fue captado por los transeúntes que pasaban por el lugar, filmado y viralizado en redes sociales, ocasionó la gran indignación, desencadenando protestas alrededor de todo el mundo, especialmente en ciudades importantes de Estados Unidos.

Al respecto, es inconcebible que en modelos de seguridad democrática prevalezca la idea del orden público por encima del respeto a los Derechos Humanos, pues no puede justificarse la utilización del poder, así como de violencia en contra de una persona por estereotipos y prejuicios de ninguna índole, incluida la raza.

Sin embargo, pese a los esfuerzos internacionales traducidos en inversión económica, desarrollo de instituciones, creación de ordenamientos jurídicos, campañas y políticas públicas, hoy en pleno año 2020, sigue presentándose la discriminación por cuestiones raciales.

En Estados Unidos, el racismo es un problema que se ha presentado en prácticamente toda su historia, destacando la década de los 50´s, con la lucha de Martin Luther King, pese a que fue posterior a la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, en la que el mundo entero pudo observar los graves estragos que lleva la segregación de una persona por su origen nacional. Por lo que respecta a nuestro país, encontramos un marcado rechazo social hacia los pueblos indígenas a pesar de ser la base de nuestra concepción antropológica como nación mexicana.

En ese contexto, surge la pregunta…¿Por qué pasan las generaciones y siguen presentándose comportamientos racistas?

En primer lugar, el racismo es un elemento histórico estructural en los Estados occidentales, toda vez que fue usado desde la colonización europea en el Siglo XV como una herramienta de dominación y poder. Así encontramos que en aquella época el color de piel oscuro era asociado con suciedad, incluso era símbolo de pecado, lo cual era una idea fomentada en gran medida por la Santa Inquisición, partiendo de que Dios es luz y el blanco es la ausencia de toda mancha espiritual.

Desde otra perspectiva, la educación juega un rol importante para que la ideología racista prevalezca en la actualidad, ya que en los procesos cognitivos que tiene el ser humano durante su vida (la familia la religión, la escuela, etc.) buscan el perfeccionamiento del ser humano y sus virtudes, es decir, se busca un hombre nuevo y perfecto.

Esta idea de persona perfecta que establecen los sistemas educativos latinoamericanos se identifica demasiado con el estereotipo del individuo europeo, excluyendo otro tipos de culturas, debido a que es precisamente de ese continente de donde se han decantado los modelos pedagógicos aplicados en el continente americano.

Al respecto, las corrientes pedagógicas con el paso de los años han tratado de frenar estas concepciones racistas. En un principio se tuvo la creencia acerca que el racismo, al no tener una base científica era ocasionado por la ignorancia de la sociedad y la falta de información sobre el tema. por lo que se empezó a saturar a la sociedad de datos y estadísticas relacionados con éste tópico.

No obstante, tiempo después se comprobó que la mera información sobre el racismo no es suficiente para erradicarlo, sino que además debe criticarse y hacer razonar a la población lo dañino que resulta para la armonía social.

En ese sentido, se ha identificado que en diferentes países a pesar de que se han creado cursos, talleres y campañas contra el racismo, muchos de sus materiales didácticos contienen elementos que propician un entorno discriminatorio. Por ejemplo; de acuerdo con un estudio realizado a los libros de texto gratuito en México, por Cristina Masferre de León, se detectó que al indígena se le percibe como un sujeto aislado de la sociedad, agitador social y confinado a las regiones rurales. Asimismo, se observó que con el fin de que los alumnos pudieran identificar el continente africano se hizo uso de una fotografía de personas de color negro encadenadas.

Por otro lado, los sistemas punitivos de cada país son otro factor que aportan al crecimiento del racismo en el mundo. Debemos recordar que el Derecho Penal se traduce en una herramienta de control social que se vale del uso de la violencia de forma legítima; dicho de otro modo, el derecho penal es la herramienta que tienen los Estados para ejercer violencia de forma irreprochable en contra de una persona que ha tenido un comportamiento diverso al socialmente esperado.


De igual manera, es importante recordar que la imposición de la pena es vista como la última opción que tiene la sociedad para reclamar un comportamiento desviado, precisamente por su naturaleza violenta; surgiendo de esta manera una pugna constante entre que debe prevalecer: la salvaguarda del orden y la seguridad, o el respeto a la persona, la dignidad y los derechos humanos.

Así pues, pese a que aparentemente todo parecía indicar que en los últimos años la dignidad de la persona ocupaba un lugar privilegiado frente a la seguridad del Estado, sobre todo después de la reforma constitucional de 2011, la realidad nos dice que en las últimas décadas, el Derecho Penal se ha ido expansionando, con motivo del combate a la delincuencia organizada y del terrorismo en el mundo, creándose un régimen jurídico especial para los “enemigos del Estado”, a los cuales se les priva de garantías procesales y son tratados como ciudadanos de segunda bajo la justificación de la seguridad nacional.

La denominación de enemigo, además de generar ecosistemas que permiten la tortura, la denigración, los abusos y la impunidad en contra de las personas que se ven inmersas en estos procesos, crea las bases para clasificar a los individuos que son miembros del Estado y los enemigos que no lo son, los cuales deben guardar su distancia con respecto al conglomerado social, aunado a que el perfil del enemigo así como sus características (narcotraficante o terrorista comúnmente) encuadran normalmente con ciertos grupos sociales tales como los migrantes, extranjeros, grupos étnicos, religiones, o algunas razas como la africana, asiática y latinoamericana.

En otro orden de ideas, Zaffaroni sostiene que es necesario estar al pendiente del papel que desempeñan los medios de comunicación para evitar masacres en el futuro; idea con la que coincido totalmente ya que los medios de comunicación, así como redes sociales son un arma muy recurrente para el racismo contemporáneo, en virtud de los medios tecnológicos que se han prestado para transmitir desinformación, generar ideologias de odio, pero sobre todo construir el estereotipo social del delincuente.

Finalmente, los medios de comunicación, entendiéndose por ellos la televisión, la prensa, las redes sociales y la radio, constantemente se empeñan en disfrazar u ocultar las noticias sobre muertes, resaltando la responsabilidad del grupo social al que pertenezca el sujeto activo del delito, aunque sea producto de un esfuerzo individual. Del lado contrario, cuando la víctima es una persona de estos grupos socialmente marginados, los medios de comunicación naturalizan y normalizan la muerte como una consecuencia colateral de la violencia necesaria que deriva del sistema punitivo, bajo el pretexto de eficacia preventiva del delito.

Por todo lo anterior, hemos de concluir lo siguiente:

1. El racismo existe toda vez que es una construcción social innata al ser humano muy arraigada principalmente desde el colonialismo europeo.


2. Al ser una construcción social se adquiere por medio de los diferentes procesos cognitivos (familia, religión, escuela, sociedad), es decir, el individuo no nace con concepciones discriminatorios sino que las aprende de su entorno.


3. El racismo existe ya que la lucha contra el racismo en el mundo durante las últimas décadas ha sido un discurso demagógico, más que verdaderas acciones estatales, prueba de ello es que en los sistemas educativos y punitivos siguen existiendo elementos racistas.


4. Los Estados deben buscar un sistema penal al servicio de la sociedad, así como de sus individuos en lugar de un sistema penal a merced del Estado como herramienta de dominación o de persecución de enemigos.


5. El nivel de racismo en cada Estado va a ser proporcional al nivel de silencio e impunidad a estas conductas.

Elaborado por: Mtro. Juan David Rodríguez Salgado.





Fuentes de información.

o L. GUSIS GABRIELA, “Criminología y racismo a propósito de las políticas necro-criminales a los inmigrantes”, Revista Derechos en Acción Universidad de La Plata, Año 3/Nº9, Argentina, 2018, consultable en: https://revistas.unlp.edu.ar/ReDeA/article/view/6411/5531.

o VELAZCO CRUZ SAÚL, “Racismo y educación en México”, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Autónoma de México, Año LXI, núm. 226, México, enero-abril 2016. pp. 379/408, consultable en: https://www.researchgate.net/publication/297943295_Racismo_y_educacion_en_Mexico

o MORENO FIGUEROA MÓNICA G., “El archivo del estudio del racismo en México” consultable en: http://www.scielo.org.mx/pdf/desacatos/n51/2448-5144-desacatos-51-00092.pdf

o CASTELLANO GUERRERO ALICIA, “Antropología y racismo en México, consultable en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1607-050X2000000200005

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